jueves, 21 de noviembre de 2013

MIS PRIMEROS GRITOS

La Paz (Entre Ríos), 13 años de edad. Polideportivo municipal.
Corner en contra, en el arco que da al cementerio.
Centro cerrado.... el arquero rechaza con los puños y me cae en los pies.
La tiro hacia adelante y empiezo a relatar.
"Aaaarrrrrranca la contra"

La Paz (Entre Ríos), 16 años de edad. Casa de mis abuelos paternos.
Superclásico codificado, uno en la Bombonera.
Nervios a más no poder y un pensamiento claro, muy claro: Yo sueño con estar ahí relatando.

Así, miles de imágenes y recuerdos, claros y borrosos, pero muchos con el denominador común del fútbol y el relato.

Desde siempre tuve en la cabeza eso, gracias a Dios, cero problemas de vocación.

Yo quería ser relator.

Las vueltas de la vida hicieron que pegado a mi casa viviera Carlos "Pinky" Trinadori, un periodista deportivo de los más reconocidos de la ciudad. fue él, el que me dijo si quería y me animaba a comentar un partido de la Liga Paceña, después fue para comentar uno de básquet y más tarde para cubrir una maratón náutica.

Era disfrutar, ponerse nervioso, ansioso y muchas cosas más, pero era lo mío, definitivamente lo era.

Por otra cosa de Dios, nací en un hogar donde mis viejos nos motivaron a hacer lo que quisiéramos, lo que querías estudiar ellos te bancaban a morir; y en esas tantas charlas con mi viejo, él me dijo algo que me dejó helado por más de un mes: "Vas a ser relator, perfecto, pero tenés que tener Estilo Propio".....cri.....cri....cri.

De donde mierda sacaba yo mi propio estilo, si uno relataba frente al tele o la radio, escuchando a los relatores de Buenos Aires.

Siempre era mirar, escuchar o sentir a los demás.

Yo sabía bien lo que quería pero no sabía como lo iba a hacer.

Hasta que un día sonó el teléfono, era un amigo que me invitaba a participar de la transmisión del Triatlón Internacional de La Paz (2001) en LT40 Radio La Voz de La Paz. Dije que si. Corté. Cerré el puño y mirando a todos les dije: "Este era el llamado que estaba esperando".

Reuniones, detalles y cagazo, hasta que empezó la fiesta.

Cuando menos acordé estaba sentado en una moto (scooter roja 90cc) y recién ahí me di cuenta de algo, que todos esos años que estuve cerca viéndolo a Edgardo Levers y a muchos más relatar desde la moto, fueron por algo.

No sabía que iba a decir y mucho menos como lo iba a hacer.

Fue increíble, no sé que pasó pero fue hermoso, inolvidable.

Terminar y empezar a recibir llamados, comentarios, felicitaciones, fue muy lindo. Llegar a casa y
que estén esperándome mis viejos y algunos vecinos para aplaudirme no se olvida.

Y lo mejor, cuando al otro día, mi vieja me contó que cuando mi viejo me vio pasar por el barrio acompañando a los punteros, se largó a llorar como un nene. Sin palabras.

Eva Miño, Germán Murúa, Sebastián Ortega (el que me llamó), Emilio Díaz, Federico Enrique, Oscar Velázquez, Rubén Benítez y Juan Manuel Sabas (el que entre otras ideas me dijo que haga un programa de Tria) fueron los compañeros de esa primera transmi.

Mi primer gran sueño cumplido. Después llegaron los clásicos, la libertadores, la primera división, la B Nacional, las otras copas, los viajes por todo el país y muchos lugares más.

Esta es mi primera entrada en mi blog, contando un poco de mi vida.

De mi vida como periodista deportivo y relator.

Gracias a Dios, hay más.........ufffffff,  mucho más.









jueves, 7 de noviembre de 2013

SER PERIODISTA DEPORTIVO

Hoy es el día del periodista deportivo, muchas cosas se han escrito y se seguirán escribiendo.

Uno ha elegido sin saber porqué, esta bendita profesión;  la fue peleando para llegar a no sé dónde.

Si, porque nunca se llega a algún lado, nunca se termina, uno no se retira de esto.

Fuiste por primera vez a cronicar un partido de la liga de tu ciudad y querés más. Lo comentaste y no te conformás. Llegaste a relatarlo y las ganas no paran.

Y así sucesivamente podemos contar que pasa exactamente lo mismo, con un partido del Argentino B, del A, de la B Nacional, de Primera, uno Internacional, una Copa América o un Mundial, ya sea en fútbol o en cualquier otro deporte.

Nunca se acaban las ganas impuestas por la llamita de la pasión por esto.

Nunca se cuelga el micrófono.

Nunca se deja de pensar como PERIODISTA DEPORTIVO.

Tiene pros y contras, tiene malas y buenas, pero no me canso de repetirlo cada vez que puedo: “es la profesión más linda del mundo”.

Tenemos por costumbre contar que es muy sacrificada, que se deja a la familia, que hay varios hijos de puta que se aprovechan del laburo, que existen personas que no valoran un carajo lo que hacemos, que no hay estabilidad, que no está colegiada esta labor, por lo tanto cualquiera lo puede hacer.

Pero me voy a quedar con lo positivo, quiero terminar con lo bueno, quiero resaltarlo, quiero que los pocos o muchos que lean este blog piensen en lo que viene ahora luego de este punto.

Ser periodista deportivo está excelente, la familia banca todo y se enorgullece con los pequeños y grandes logros.

Ser periodista deportivo está bárbaro, porque lográs el reconocimiento social que pocos tienen, ya que te desempeñas en una rama de la que todos tienen opinión y todos quieren participar.

Ser periodista deportivo es inigualable, porque mientras millones de personas pagan por ver un espectáculo deportivo, a nosotros nos pagan por verlo.

Ser periodista deportivo es reconfortante, porque te hace conocer lugares, estadios, países, personas y culturas diferentes.

Ser periodista deportivo es sentirte orgulloso permanentemente por el sacrificio que conlleva.

Ser periodista deportivo se siente más fuerte cuando te llega un mensaje diciendo que te leyeron, vieron o escucharon.

Ser periodista deportivo te eriza la piel  cuando se acerca alguien a quien no conoces y sentís que él si te conoce, porque te escucha, te ve o te lee.

Ser periodista deportivo te hace llorar de la emoción cuando el equipo a quien seguís logra algo importante.

Ser periodista deportivo te lleva la autoestima al cielo cada vez que acertás con un pronóstico o una figura reconocida te da una nota.

Ser periodista deportivo, es esto y mucho más.

Hoy no me quiero quejar.

Hoy quiero festejar la vocación que a uno lo invadió allá por los 13 años.

Hoy quiero festejar haber tenido los viejos que tuve, a los cuales jamás se les ocurrió otra cosa que bancar 
mis sueños.

Hoy quiero decirles a todos, que le doy gracias a Dios por ser……. PERIODISTA DEPORTIVO.