Hace poco les comentaba algo sobre mis comienzos en mi
profesión.
Uno de los puntos de inflexión de la misma fue aquel Triatlón
del año 2001.
Siempre había estado cerca, muy cerca del tria.
Primero como espectador, después como colaborador en prensa
con Viviana Florentín (la mejor amiga que alguien pudiera tener) y luego como
comentarista en una transmisión a la que me invito Carlos Eugenio “Pinky”
Trinadori (el primero que me dio una mano en esto).
La frase de ese tango que dice “de chiquilín te miraba de
afuera, como esas cosas que nunca se alcanzan” encaja perfecto. Era sentarse,
mirar y soñar, con subirme a una lancha, después a una moto y relatar esa
carrera tan cara a los afectos de los que nacimos en La Paz Entre Ríos.
Hasta que un día llego el llamado, ya pasaron 13 años, fue
en enero del 2001 cuando Sebastián Ortega (otro gran tipo) llamó a casa y dijo:
“Conrado, sabemos que estás estudiando periodismo y queremos que nos des una
mano para que LT40 vuelva a transmitir el Triatlón”.
Fue decir que si rápidamente, cortar y cerrar el puño
mirando a mi familia que almorzaba, y les dije que ese era el llamado que
estaba esperando.
Llegue a esa primera reunión, intentando no desubicarme y
respetar porque no sabía con que me iba a encontrar. Había poca gente pero con
muchas ganas, poca experiencia pero mucha ilusión.
Fue probar, pensar, pergeñar, fue crear ……. y perfeccionar lo poco que se sabía.
Emilio Díaz, Federico Enrique y Oscar Velásquez eran los
operadores, Eva Miño, Germán “Boby” Murúa, Rubén Benítez, “Toti” Latrónico y
yo, los periodistas, Juan Manuel Sabas hacía las veces de productor y Sebastián
Ortega, que se encargaba de todo.
Fue Juan Manuel el que me dijo, dos semanas antes de esa
edición del Tria, que yo tendría que hacer un programa previo a la carrera.
Así nació “Locos por el Tria” que en esa época, solo se
llamó “Programa Especial del Triatlón” (cuanta originalidad en el nombre).
Fue largar la transmi y empezar a dejar todo, a disfrutar,
algo nos pasó, algo me pasó, no sabía cómo íbamos a hacerlo, pero teníamos una
polenta bárbara.
No arrancamos bien porque de entrada metimos una de las
anécdotas más lindas de estos 14 años relatando el Tria.
Al aire se escuchó algo más o menos así:
Conrado: aaaaaaadelanteeee el móvil de LT40 desde la lancha
en el río Paraná, Rubén, Juan Manuel, cuéntenle a toda La Paz, que pasa en la
punta de la competencia en el tramo de natacíoonnnnnnn.
Rubén (asistido por Juan Manuel): grrrrrrraaaacias Conrado,
Eva, estamos en condiciones de informarrrrrrrr que es un paceño el puntero de
la competencia de mayoreeeessssss, si señores y señoras, es el gran Raúl
Quintana que lidera la competencia internacional de La Paaaaaaaaz.
Conrado: vaaaaaaaa a explotarrrrrrr el puertoooooooooooooo,
la piel empieza a erizarse, el corazón comienza a latir más fuerteeeeeee, al
ritmo de las brazadas de Raúl Quintana, un paceñooooooo entre tantos
profesionales, ya se viene Quintana para agarrar su bicicleta y recorrer los
40km del ciclismo.
El puerto estalló en serio, era algo impensado por el nivel
de los que venían de afuera, los locutores de la competencia que animaban al
puerto, se hicieron eco de la “Primicia” exclusiva de nuestra transmi y yo
desde arriba de la moto, esperando que salieron los primeros en la bici, no
podía creer lo que se vivía.
Pasaron en bici, las dejaron, corrieron los 10km del
pedestrismo y Quintana que jamás apareció entre los punteros.
Cuando terminó todo y la alegría por la repercusión de la
transmisión era increíble, les pregunté a Rubén y a Pitoto, que mierda había
pasado con Quintana.
La respuesta fue: después que lo anunciamos, miramos hacia
una lancha de seguridad que acompañaba a los nadadores y lo vimos al Raúl Quintana
con el torpedo de los salvavidas, parado en la proa de la embarcación
custodiando que nadie se ahogue, yo te juro Conrado que era parecido al que iba
primero.
Quintana nunca había largado la
prueba, no la corría.
Entre otras cosas, el gran Boby Murúa, en plena disciplina
de ciclismo, hizo parar al conductor de su moto, en la quinta de unos amigos a
la salida d ela ciudad, lo dejó bajo un árbol y se metió a la pileta con los
dueños de la quinta, durante un buen rato al aire se escuchaba: Attteeeentoo
Germán atteeeento Germán con el primer paceño clasificado…nada… bien ya
volveremos a tener contacto con Germán, la tecnología nos jugó una mala pasada.
Dicen que a cada ratito el conductor le gritaba Boby, boby
ahí te llama Conrado…… un genio, jamás se inmutó, se refrescó, tomó algo y
siguió.
Hoy a punto de comenzar mi triatlón número 14, recuerdo todo
esto como si fuera ayer. Fue una de las mejores transmisiones del Tria de La
Paz.
Ahhhh, fue la única
en la que me pudo escuchar mi viejo.
Alguien me dijo que lloró de la emoción cuando me vio pasar
por el barrio relatando.
Alguien me dijo que se sentía orgulloso de su hijo.
Nadie me dijo que iba a ser la primera………. y la última.
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